A como los desencantados pecamos de cínicos los idealistas pecan de ilusos.
miércoles, 6 de marzo de 2013
Me publicaron en Revista Paquidermo
Esto es parte del texto:
¿Recuerdan la infame campaña publicitaria electoral del 2009? Su tema central fue precisamente (no podía ser de otra manera), la inseguridad ciudadana. El enfoque estuvo orientado hacia medidas punitivas, y las propuestas llegaron incluso a hablar de mano dura y a exaltar la siempre latente xenofobia nacional.
Un par de años después un pequeño grupo de estudiantes realizamos un video en el que planteábamos la relación entre el periodo de campaña electoral y el aumento porcentual en la preocupación de los y las costarricenses por la inseguridad ciudadana. Logramos establecer que a pesar de que la percepción de la inseguridad ciudadana mantenía un comportamiento similar a la del costo de la vida, la primera se disparó hacia arriba y el costo de la vida hacia abajo durante el período de campaña electoral. Este hecho podría comprobar una situación importante: la posición y el porcentaje de interés o preocupación de la llamada opinión pública fluctúa según la agenda mediática.
Pueden leer el resto del texto en el link:
http://www.revistapaquidermo.com/archives/8008
martes, 26 de febrero de 2013
Pecado e ilusión.
Descubrí que mi móvil no conocía la palabra pecado y no pude resistirme a corromperlo.
Luego me enteré de que tampoco conocía la ilusión.
No pude hacerle eso.
Luego me enteré de que tampoco conocía la ilusión.
No pude hacerle eso.
viernes, 22 de febrero de 2013
La fe del humano en...
La fe del ser humano no está puesta en Dios.
Si el ser humano cree en Dios siguiendo una estructura religiosa, no es en Dios en quien cree aunque argumente que sigue su palabra al pie de la letra. Esto por que su palabra no le llega directamente de él, le llega en forma de texto o en versiones orales.
Estos compilados históricos junto con las pautas de comportamiento han sido escritas o transmitidas por profetas: primer nivel de intervención humana.
A partir de ahí son enseñadas a otros, en el caso de la tradición oral. O son traducidas e impresas en diferentes idiomas en el caso de los textos, lo que nos lleva al segundo nivel de intervención humana.
Una vez que la palabra de Dios se llevó al idioma de cada creyente, en la mayoría de los casos este no estudia el libro, inclusive en algunos casos no llega ni a leerlo parcialmente. Con lo que su fe se fundamenta en la versión de la escritura que le provee su guía espiritual, la cual muchas veces está deformada por las interpretaciones que este haga. El guía puede llegar a transmitir una versión absolutamente carente de fundamento por el propio desconocimiento del texto o una reestructuración intencional del relato oral.
De esta manera es como a una amplia variedad de niveles la fe del ser humano está puesta no en Dios, si no en la competencia y la buena voluntad de sus pares.
La fe del ser humano en Dios es la fe del humano en el humano.
viernes, 15 de febrero de 2013
Parenting 2.0
Un smartphone es lo más cerca que algunos de nosotros estaremos de un hijo o hija. Al inicio es desesperante, no lo terminamos de entender y nos mantiene despiertos toda la noche experimentando una mezcla entre fascinación y disgusto.
Empezamos por enseñarle algunas palabras necesarias, comenzamos a sentir que nos comunicamos, que realmente lo/la entendemos, descubrimos nuevas habilidades que no imaginábamos en el/ella y creamos un vínculo emocional.
Y justo cuando estamos disfrutándolo al máximo sale al mercado un nuevo modelo, con mayores capacidades, más barato, más bonito, más inteligente.
Así que lanzamos el anterior a la basura y compramos uno nuevo, para empezar una vez más como orgullosos padres o madres con un nuevo ciclo de enseñanza/aprendizaje.
(El autor no recomienda lanzar a la basura ningún tipo de teléfono móvil, pues estos tienen componentes altamente contaminantes. Lo correcto es informarse sobre los centros de acopio que reciben este tipo de desechos y donde con un poco de suerte se les dará un tratamiento adecuado)
Empezamos por enseñarle algunas palabras necesarias, comenzamos a sentir que nos comunicamos, que realmente lo/la entendemos, descubrimos nuevas habilidades que no imaginábamos en el/ella y creamos un vínculo emocional.
Y justo cuando estamos disfrutándolo al máximo sale al mercado un nuevo modelo, con mayores capacidades, más barato, más bonito, más inteligente.
Así que lanzamos el anterior a la basura y compramos uno nuevo, para empezar una vez más como orgullosos padres o madres con un nuevo ciclo de enseñanza/aprendizaje.
(El autor no recomienda lanzar a la basura ningún tipo de teléfono móvil, pues estos tienen componentes altamente contaminantes. Lo correcto es informarse sobre los centros de acopio que reciben este tipo de desechos y donde con un poco de suerte se les dará un tratamiento adecuado)
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