viernes, 15 de febrero de 2013

La teoría Made in China


En la actualidad se reconoce, se discute y se estudia la tendencia a expresar la diferencia mediante la uniformidad de expresiones y pensamiento. Fenómeno potenciado por las posibilidades que brindan las llamadas nuevas tecnologías de la información.

Para algunos estudiosos, en la linea de ensamblaje donde se producen en masa las conciencias, estás son separadas por categorías. Se van colocando dentro de los diversos recipientes determinados para tal efecto, siendo cada nueva conciencia una copia idéntica de la anterior. De está manera, el sistema crea un efecto de diversidad que como vimos, no es tal. A esto se suma el hecho de que las conciencias son fabricadas de manera eficaz y eficiente, con una compleja programación que impide que a lo largo del uso de las mismas estas se modifiquen o se fortalezcan, por el contrario, la limitada vida útil con la que se crean lleva al individuo poseedor de  una de estas maravillas a un inevitable estado final de automatismo.


Contrario a esto, los partidarios de la teoría Made in China creemos que si bien las conciencias se producen en serie, estas no cuentan con la rigurosidad alemana o el diseño de avanzada japonés. Más bien cuentan con un proceso de creación similar al que se puede dar en una destartalada fabrica en algún anillo de pobreza de la periferia de Shanghai.
Es decir, se comercia como si fuera un producto de primera, pero, viene maravillosamente repleto de errores; un Batman que tira telarañas, un Superman con tacones, una Bob Esponja verduzco o un Hulk amarillento.
Sumemos a esto, la creación de conciencias piratas en fábricas clandestinas, instaladas en los barrios más jodidos de china, donde ahora si, la calidad es un extraño milagro.

Obtenemos entonces, conciencias que se defienden como propias y programables en un primer nivel, como totalmente uniformadas en un segundo nivel y como espectacularmente desastrosas en un tercer nivel: siendo este último en que define la condición real de las conciencias.

Gracias a esto, es que por más similares que resulten las formas en que los individuos asumen el mundo, un defecto de programación, un ojo mal pintado o una cabeza puesta al revés genera una diferencia de percepción que puede ir desde lo mínimo hasta lo total.

Lo que finalmente nos dice esta teoría es que todos vamos por la vida programados a lo que caiga, mal ensamblados y peor cableados. De ahí que ninguna visión de mundo resulte totalmente idéntica.
Eso si, salvo aquellos que lleven a cabo un esfuerzo extraordinario por ejercitarse de adentro hacia fuera, todos vamos irremediablemente camino hacia la enajenación, con el Made in China grabado en algún recoveco inaccesible.

No hay comentarios: